Cuando conocimos a Rósali lo primero que vimos fue su enorme sonrisa con la que se enfrenta a todo. La pequeña Rósali con un año y medio fue diagnosticada con el síndrome de Myhre, una mutación genética muy rara que cuenta con 200 casos en todo el mundo. Este síndrome hace que Rósali tenga problemas de audición, visión, hipertensión intracraneal, hipertrofia cardíaca, retraso en el lenguaje, retraso en el desarrollo…

Esta luchadora, que ahora tiene tres añitos, acude a diferentes terapias que le ayudan a mitigar los efectos del síndrome como terapia de agua, fisioterapia, estimulación cognitiva y logopedia, pero la terapia donde más se divierte es la que realiza subida en su caballo.

Desde la Fundación Celima ayudamos a que la pequeña Rósali reciba una sesión semanal de equino terapia que le ayuda a mejorar, tanto a nivel motor, como a nivel cognitivo y emocional. Durante estas sesiones trabaja el equilibrio, la psicomotricidad fina y gruesa, la tolerancia a la frustración y el desarrollo del lenguaje.

Tras más de un año de equino terapia, Rósali ha conseguido grandes avances, como montar ella sola sin necesidad de que la terapeuta le acompañe encima del caballo. Nosotros estamos muy orgullosos de ella y de todos sus logros, y tenemos la certeza que con su energía, ganas y perseverancia logrará todo lo que se proponga.