El pasado 9 de octubre, la Fundación Celima, en colaboración con la Unidad de Apoyo de Celima CEEIS, volvió a organizar una formación centrada en la gestión de la energía emocional en el entorno laboral y personal.
El taller fue impartido por Inmaculada Lojo Gálvez, consultora en prevención de ASEPEYO, quien ya había guiado la primera edición celebrada en mayo con gran éxito.

Cuidar el bienestar emocional, una prioridad

Esta nueva sesión permitió seguir profundizando en un tema esencial para el desarrollo personal: cómo influyen las emociones en nuestro día a día y cómo aprender a gestionarlas para sentirnos mejor.
El grupo reflexionó sobre los distintos tipos de energía emocional, cómo se contagian y qué estrategias ayudan a mantener una actitud positiva incluso ante las dificultades.

A través de vídeos, dinámicas participativas y ejemplos prácticos, los asistentes pudieron reconocer sus propias emociones y descubrir recursos útiles para comunicarse mejor, reducir el estrés y cuidar su equilibrio emocional.

Pequeños cambios, grandes resultados

Los participantes destacaron el valor de detenerse, observar y transformar las emociones como una herramienta de crecimiento personal y profesional.
Con cada formación, reforzamos la idea de que el bienestar emocional no solo mejora la convivencia, sino también la autoestima, la motivación y la forma en la que nos relacionamos con los demás.

Desde la Fundación Celima, seguimos apostando por actividades que impulsen el bienestar y la inclusión emocional de las personas con discapacidad, convencidos de que desde el cuidado interior se puede favorecer una verdadera inclusión social.